SENDERO TRANSPERSONAL

INTEGRANDO PSICOLOGIAS DE ORIENTE Y OCCIDENTE

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La Psicología Transpersonal o Integral, es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de salud psicológica, dándole importancia a la expansión de la conciencia.

Se trata de un acompañamiento terapéutico para que la persona aprenda a observar sus patrones mentales, sus creencias, que son la causa del malestar, que aprenda a desidentificarse de sus contenidos mentales, a trabajar con sus emociones saludablemente, que aprenda a hacerse responsable de sí misma, de sus relaciones, de sus experiencias, sin culpabilizar al entorno, a la vida por lo que le sucede, comprendiendo que la adversidad, es una oportunidad de cambio y desarrollo personal.

Capacita al paciente para que aprenda a satisfacer de una manera saludable sus necesidades a todos los niveles: físico, emocional, mental, espiritual, aprendiendo a conectar con la dimensión trascendental; todo ello conlleva a una integración de su personalidad y a alcanzar niveles superiores de salud psicológica, para luego poder trascenderla y conectar con la esencia.

Se toman en cuenta los problemas, dolencias particulares que empujan a la persona a una consulta y se las trabaja e integra, pero el enfoque principal de la Terapia Transpersonal, que la hace diferente y más abarcativa que otras terapias psicológicas (integra psicologías de oriente y occidente) es el de capacitar a la persona para que aprenda a conectar con sus propios recursos internos y permita desplegarse sin temores al proceso de crecimiento natural.

La terapia utiliza diferentes técnicas que se adaptan a las necesidades del paciente y a su estado de consciencia, integrando los niveles físico, mental y emocional (ego) y luego trascendiéndolo hacia los valores superiores, como la compasión, el amor a los demás seres vivos, el sentido de la propia vida, el desarrollo de la creatividad, etc., favoreciendo cambios en su nivel evolutivo.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Desidentificación


"Cada vez que observas los contenidos de tu mente, dejas de estar atrapado por ella."

  La mente concreta es un instrumento valioso para funcionar  en el día a día, en el plano de las formas, de la dualidad, con ella podemos hacer cálculos, organizar tareas, tenemos la capacidad de análisis, de relacionar datos, de elaborar respuestas, etc., es como un verdadero ordenador sofisticado.... Pero este instrumento, muy útil, se torna “peligroso” cuando nos dejamos dominar por él, cuando nos quedamos enganchados en sus “juegos psicológicos”. 
 Como sabemos, su naturaleza es el pensar, y esos pensamientos tienen que ver con programas mentales, con condicionamientos adquiridos a edades tempranas por el “modelo” que nos han impuesto nuestros padres y educadores, la sociedad en la que nos educamos y crecimos, y luego, mediante la repetición de esos patrones durante nuestra vida.

  Este instrumento, la mente, que en principio está para registrar por medio de los sentidos los distintos estímulos y responder con toda la capacidad del niño, luego se ve limitado porque el modelo, el programa, hace de filtro, y está controlando continuamente tanto lo que sale, la respuesta, como lo que entra, esto es la censura; y así vamos perdiendo la espontaneidad y comenzamos a actuar de una manera condicionada, reactiva, en vez de elegir respuestas adecuadas a la situación que salgan del fondo de nuestro ser, sin el filtro del condicionamiento.

  Cuando aprendes a  observar todo este mecanismo,  dejas de estar atrapado en la mente, al ubicarnos  en el lugar del observador sin juicios, se pueden observar los contenidos mentales, conocer la mente y trascenderla, porque nos damos cuenta que no somos los contenidos, somos muchísimo mas, que la mente es sólo un instrumento al servicio del Ser, para ser utilizado en el mundo fenoménico, en el mundo de las formas. (esta es la base de la meditación).

 Con la observación, se deshace la identificación, o sea, uno se desidentifica de los pensamientos, emociones, y se instala en un lugar mas profundo de calma, de paz, desde donde se puede ver con claridad y objetividad lo que está aconteciendo en la superficie.

  El tomar conciencia de lo que se despliega en la mente, nos abre un espacio donde poder elegir la respuesta que esté mas acorde a nuestro ser, reduciendo la impulsividad y la reacción automática ante los estímulos.

  El sufrimiento humano, surge de esa identificación, de ese apego a la mente, de creer que somos nuestra mente, nuestros pensamientos y emociones, y dejarnos llevar por ellos como una barquita en medio del océano.

  El situarnos en el lugar del observador, nos devuelve el poder, el no dejarnos arrastrar por la corriente, sino  elegir la respuesta desde donde somos nosotros mismos.

“Todo conflicto observado, es un conflicto resuelto”. Nisargadatha

                                                                                                                           Juani

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